Existe la creencia que dice ser
necesario leer paginas financieras y económicas, informes de cómo va el
mercado, sus industrias líderes, consejos de los “expertos”, pero
lamentablemente todo esto no llenara nuestros bolsillos, a pesar que muchos así
lo crean. El avance de la tecnología hace que los mercados financieros respondan
a las últimas noticias mucho antes que nosotros al oír, o leer una noticia.
Los verdaderos profesionales del
mercado no basan sus acciones en las noticias, No pasan horas leyendo balances
ni escuchando los beneficios que una empresa da a sus accionistas. Porque toda
la información relevante sobre los beneficios de una compañía, de sus nuevos
productos, de su gestión y por lo tanto de sus fundamentos, de lo que tanto nos
preocupamos, está ya incorporada en el
precio del valor. No es que hay que
restarle importancia a una noticia por ejemplo de ofertas de absorción en trámite,
lo que sucede es que nunca descubriremos una noticia jugosa antes que esta se
haya reflejado en el gráfico, y para
entonces, ya es demasiado tarde para actuar de forma ventajosa.
El inversor medio argumenta mala
suerte cuando en realidad parten de un enfoque erróneo, juegan con las reglas
equivocadas.
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